U.D. Montecarlo – 0 : Stadium Casablanca – 0 (p. 1-4)

Oportunidad perdida por la U.D. Montecarlo de plantarse en la final de Copa, en un partido en el que tuvo a su merced a un Casablanca que jugó toda la segunda mitad con 10 y al que no pudo superar, llegando a la tanda de penaltis.

Presumíamos una salida fuerte del equipo verderol, algo ya habitual en los enfrentamientos que hemos tenido esta temporada, y así fue; fueron 10 minutos de presión donde al Montecarlo apenas le duraba el esférico y donde el Stadium tuvo su mejor y única oportunidad de esta primera mitad.

Consiguió equilibrar el Montecarlo el encuentro y poco a poco fue haciéndose dueño del esférico, lo que comenzó a provocar la ansiedad de su rival y se tradujo en continuas faltas tras la pérdida del balón y airadas protestas, cargándose con numerosas tarjetas amarillas. A la media hora dispuso el cuadro del canal de su mejor oportunidad en la primera mitad, en un balón que gana la espalda de los centrales dejando a un delantero rojillo solo ante el meta del Casablanca, quien en una gran intervención consigue desviar el esférico. Continuó la aparente igualdad aunque era el Montecarlo el que daba más sensación de peligro, pero las ocasiones no llegaban. En las postrimerías de esta primera mitad llegaría la jugada que pudo marcar el devenir del encuentro, con la expulsión por una segunda amarilla de un jugador del Casablanca.

Comenzó la segunda mitad en inferioridad numérica el Stadium que dio un paso atrás y cedió la posesión a su rival, quién manejaba con soltura el esférico y realizó unos primeros 15 minutos en los que pudo y debió dejar sentenciada la eliminatoria. La primera en un balón en el área que salió fuera por poco y la segunda en un remate que sacó la defensa rival en la línea de gol. Aún creó el cuadro de torrero un par de acciones de peligro en sendas llegadas desde la banda izquierda, pero a partir del minuto 20 de esta segunda mitad, los rojillos perdieron el norte y el partido se volvió insulso y aburrido, con un Casablanca que esperaba agazapado el paso de los minutos y un Montecarlo que ya no supo cómo desbordar a la defensa de su rival. Pudo marcar el Stadium en un mano a mano con el portero sobre la media hora de esta segunda mitad, pero su delantero lanzó mansamente el esférico a las manos del guardameta rojillo.

El partido llegó a su final sin que se moviera el marcador y ahí la suerte, o el acierto del portero del Casablanca, decantó la eliminatoria de su lado, clasificándose para la final de la Copa Aragón.

Se acaba una gran temporada para los chicos de la U.D. Montecarlo, que pudo terminar con final feliz, pero que pese a todo debemos de calificar de sobresaliente, por el juego y el nivel de competitividad mostrado. Otra etapa acabada por los chicos que al año que viene ya pasarán a la categoría de juveniles, pero eso será otra historia.
La puyita de alasan: De oportunidad perdida he calificado la semifinal de Copa disputada este sábado ante el Stadium Casablanca, pero siendo más fiel a la realidad la calificación correcta sería la de partido regalado, porque teniendo todo a favor y estando haciendo las cosas bastante bien, nosotros solos llevamos el partido hasta la tanda de penaltis. No fueron la importantes bajas con las que contábamos ( desde aquí desearles una pronta recuperación), ni el acierto defensivo del rival, ni la mala fortuna en los lanzamientos desde los 7 metros, no, fueron nuestros propios errores los que brindaron en bandeja el pase a la final a nuestro rival.

Controlamos la salida del Casablanca, impusimos nuestro juego, los llegamos a desesperar en muchas ocasiones, dominamos y creamos ocasiones en superioridad, pero de repente se nos fue la luz. Dejamos huérfano el centro del campo y dejamos de crear, acumulamos jugadores arriba y dejamos de llegar, partimos al equipo y nos obligamos a un juego directo que facilitó el trabajo defensivo de un rival que estaba loco por llegar con el empate: acumulamos tanta gente arriba sin orden que apenas pudieron entrar en juego y, además, cerraron las bandas a las incorporaciones desde atrás que hasta entonces se estaban produciendo. Fueron 20 minutos de evidente desconcierto que no supimos reconducir. Me tachareis de oportunista pero no hay más que mirar mis anteriores crónicas para ver que he repetido hasta la saciedad que no por jugar con más delanteros se genera más peligro, que, al igual que en el ajedrez, quién domina el centro del tablero tiene más posibilidades de ganar. El sábado volvimos a caer y por eso se perdió la eliminatoria. Tiramos 20 minutos a la basura y lo más grave es que no supimos reaccionar y reconducir al equipo, incluso sin tener que realizar más sustituciones, sólo con lo que había en el terreno de juego se podía haber intentado dar la vuelta a la situación creada.

No me gustaría terminar sin comentar otro aspecto de lo que sucedió este sábado y que no es nuevo, ya que se ha repetido a los largo de la presente temporada en más de una ocasión, dando prioridad en el juego a los jugadores que suben a ayudar o reforzar al equipo en detrimento de los propios miembros de la plantilla, Esto ya de por si no resulta muy agradable, pero si además se centra en un sólo jugador, que ha demostrado en los últimos encuentros que está al mismo nivel competitivo que el resto de sus compañeros y que es capaz de aportar al equipo,  aún me parece más injusto. Un equipo no solo se consigue a base de resultados, la convivencia y el trato al grupo son lo más importante y a veces olvidamos ese pequeño detalle.